Thursday, January 29, 2015

INDECISION

Alguien dijo alguna vez que “indeciso es aquel que entre dos males los escoge a ambos”. Si hay algo que ha caracterizado el devenir de Colombia ha sido la indecisión. La historia de Colombia ha sido una senda tortuosa sin derrotero definido. El Siglo XIX, fue un período de la historia nacional absolutamente anodino durante el cual los gobiernos oscilaban entre el librecambismo y el proteccionismo, entre el centralismo y el federalismo, entre el clericalismo y el anticlericalismo, sin tomar posiciones definidas, ya que esto eran temas de discusiones chocolateras, en el fondo el País nada emprendió con seriedad y constancia. Se presentó el problema de Panamá y la indecisión llevo al gobernante de turno a la peor situación.
Con los dineros recibidos como indemnización por la pérdida de Panamá se iniciaron obras civiles en especial ferrocarriles, proyectos que siempre estuvieron marcados por la indecisión, por tanto fueron una serie de vías férreas truncas, un ferrocarril de Bogotá al Pacífico que no pasó de Ibagué, una línea férrea pomposamente denominada ferrocarril Tolima-Huila-Caquetá el cual solamente llegó a Neiva, una vía férrea a Bucaramanga que se interrumpió en Barbosa. Una línea férrea de Medellín a Puerto Berrio cuya vacilante construcción tomó más de sesenta años, otra de Bucaramanga a Puerto Wilches de dudosa rentabilidad. Un ferrocarril de Tumaco a un caserío insignificante llamado El Diviso, sin continuidad. Similarmente una vía de Cúcuta a Puerto Villamizar aspirando a llegar al lago de Maracaibo. Otra vía de mayor longitud y continuidad de Buenaventura a Cali y de allí a Popayán, Pereira, Armenia, Manizales y Medellín. Otras vías tales como Bogotá-Tunja-Sogamoso, Santa Marta-Fundación, Cartagena-Calamar, Barranquilla-Puerto Colombia, Ibague-Honda, Bogotá-Dorada, etc,. Todo esto constituyó un enredo de ramales férreos inconexos. Para vertebrar el sistema férreo se construyó el Ferrocarril del Atlántico, con la característica indecisión se hizo una vía de trocha angosta y especificaciones pobres. Después de inaugurado y un corto período de servicio, aproximadamente 30 años, el Ferrocarril del Atlántico suspendió servicios y fue prácticamente abandonado, en medio de vacilaciones acerca de darlo en concesión, rehabilitarlo, en resumen nada, indecisión. En los años sesenta, el Gobierno Nacional decidió prohibir la generación de energía eléctrica por parte de particulares, esta caprichosa resolución casi acaba con la industria de la Costa Atlántica, posteriormente el Gobierno se dedicó a promover la inversión privada en energía eléctrica. En los años sesenta establecieron control de cambios y una poderosa oficina de planeación nacional que controlaba hasta la instalación de una panadería o una fábrica de escobas en el territorio nacional. Estas medidas copiadas de los regímenes políticos de países de Europa Oriental tuvieron el mismo resultado que en Bulgaria o Rumania. Por tanto luego fueron suspendidas. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo un impulso industrial, errado, pero por lo menos existió, Se creó Acerías Paz de Rio, un verdadero disparate empresarial, cuya protección contra toda competencia, causó el total estancamiento de la siderurgia en Colombia. La metalurgia colombiana se limita a fundir chatarra. El impulso industrial se estancó ante las indecisiones del gobierno y una torpe apertura sin contraprestación que casi acaba con las manufacturas de Colombia. Actualmente se está presentando una serie de quiebras y retiros de empresas manufactureras sin que le Gobierno se manifieste al respecto. En la década de los años 40 se creó la Flota Mercante Grancolombiana, en Compañía con Venezuela y Ecuador, en 1953, Venezuela vendió su participación, con lo cual Colombia quedo dueña del 90 % de la mencionada empresa naviera, durante los años 70 llego a tener en actividad más de 100 barcos, propios y alquilados. En los años 90 la empresa fue vendida sin pena ni gloria, finalizó la actividad naviera mercante del País.
La exploración y producción petrolera ha sido una actividad sujeta a continuos vaivenes en la legislación; cuando alguna empresa logra un éxito exploratorio, automáticamente el gobierno cambia las reglas de juego, endureciendo las múltiples exigencias, para luego, al presentarse un descenso en la producción volver a la política de puertas abiertas. Este tira y afloje lleva años, ya que Ecopetrol nunca ha tenido conocimiento real del potencial petrolero del país, todo ha sido malicia y adivinación. La minería no ha tenido mejor suerte, generalmente manejada por altos funcionarios sin conocimientos del tema, ha sido un campo de especulaciones periodísticas y alharaca ambientalista, en el cual las decisiones se toman sin criterio científico alguno y los proyectos naufragan en la indecisión.
El tema agrario ha sido otro campo de ensayos e indecisiones sin sentido alguno. Construyeron un embalse en la Guajira para irrigación al cual no le hicieron conducciones para llevar el agua a las zonas de cultivo, por lo cual se encuentra prácticamente abandonado. Armaron un proyecto agrícola de grandes dimensiones (naturalmente teórico) en la altillanura de la Orinoquia y cuando los empresarios empezaron a invertir y actuar, el Gobierno paralizó totalmente las inversiones y obras.
Francamente el Estado Colombiano funciona como ciertas marchas fúnebres en Nueva Orleáns un paso para delante y otro para atrás. ¡Bien venidos al pasado!


Jaime Galvis V. 

Wednesday, January 28, 2015

Atropellos

Señor Ministro de Minas y Energía
Doctor Tomás González Estrada

Señor Ministro, por medio de la presente comunicación quiero presentar una protesta por la forma como se pretende atropellar a numerosos solicitantes de licencias de exploración minera en las antiguas oficinas de Ingeominas..

La tramitación minera en el Ingeominas fue un verdadero maremágnum de corrupción, allí se escamoteaban los expedientes, se le cambiaban los números de radicación, las fechas y con una facilidad asombrosa las solicitudes cambiaban de titulares. Todo se movía aceitado por sobornos, por tanto, si se solicitaba una cesión de derechos, esto solamente hacia curso si había “amigos” por dentro o se hacían “contribuciones” por debajo de la mesa. Otro tanto sucedía para solicitar una suspensión de términos por problemas de orden público u otra impedimenta. Aún la simple consulta de expedientes estaba sujeta a los sobornos, porque eventualmente la documentación se hallaba en Medellín o Cali o se encontraba en la “oficina jurídica”. Todo ese entramado de corruptelas hizo que muchos solicitantes se desentendieran de las solicitudes, ya que hasta para renunciar un expediente se necesitaba someterse a las exigencias y atropellos de los funcionarios. La magnitud de la corrupción en Ingeominas es bien conocida.

Ahora, la Agencia Nacional de Mineria pretende cobrar cánones superficiales y otras exacciones en sumas exorbitantes a titulares de licencias que en general fueron víctimas de todas las trapacerías que ocurrieron en Ingeominas. Como le van a cobrar cánones a solicitantes que nunca pudieron saber el estado real de sus expedientes y que lógicamente jamás lograron ganarse un peso con el hallazgo minero denunciado. Esto es echar sal en la herida. ¿Que pasó con toda esa cáfila de funcionarios corruptos? Por lo menos debían cobrarles algún impuesto por todo ese dinero de los sobornos y chantajes.

Señor Ministro: Es aberrante que el ciudadano medio no merezca la más mínima consideración de parte del Estado.

Ateniéndome al derecho de petición solicito respuesta a esta comunicación.

Atte. Jaime Galvis Vergara
C.C. 17.053.070

Tuesday, January 20, 2015

Improvisación

En Colombia el nombramiento de ministros y otros altos funcionarios, generalmente no tiene nada que ver con la profesión ni la trayectoria de los candidatos, la selección parece realizarse por medio de una tómbola, funcionarios que desconocen un tema asumen tareas administrativas de actividades ajenas a su profesión, por tanto entran a aprender mandando y eso generalmente lleva a cometer disparates mayúsculos.

En la empresa privada en Colombia hay gentes de muy buena preparación profesional y también meritorios empresarios que a pesar de carecer de preparación académica crearon grandes emporios económicos con inteligencia y sentido común.

En el sector oficial, las cosas funcionan de una manera diferente, se nombra un alto funcionario para desempeñar una actividad que desconoce y se mantiene en el cargo un par de años sin alcanzar un cabal conocimiento de sus funciones. Los ejemplos son demasiado numerosos, además existen funcionarios toderos que saltan como los caballos del ajedrez para desempeñar funciones totalmente disímiles. Valga como ejemplo un ministro actualmente en funciones que ha desempeñado sucesivamente las carteras de Desarrollo, Transporte, Minas y Hacienda. ¿Estará enterado de los temas de dichos ministerios? Por lo menos fue conocido en el tema hidráulico. Un conocido banquero y abogado desempeñó las carteras de Minas, Hacienda y Agricultura; durante el ejercicio de este último ministerio se distinguió por declaraciones estrambóticas tales como afirmar que la minería estaba acabando con la agricultura de Colombia o que la represa de El Cercado en la Guajira era un elefante blanco. Francamente la coherencia en lo referente a los cargos que desempeñó no se nota. Actualmente el titular del Ministerio de Agricultura es un ilustre abogado y político del cual cabe preguntar si en su vida ha sembrado un repollo.  El actual Ministro de salud es un ingeniero civil. En el Ministerio del transporte la cartera la desempeña una abogada, más aun, en la alta cúpula del transporte, la cabeza visible es un personaje cuyo cargo solamente existe en Colombia, Vicepresidente de Obras Públicas, un abogado que antes fue Ministro de Hacienda y luego de Vivienda. Una entidad del Ministerio de transporte la ANI, la dirige otro abogado, solamente INVIAS es dirigido por un Ingeniero civil, único representante de esa profesión en toda la alta fronda burocrática de lo que antiguamente se conoció como Ministerio de Obras Públicas. Cabe agregar que esa cartera antes la dirigió una administradora de empresas. A toda esa cúpula burocrática le tomó cuatro años cambiarle el nombre a un plan de carreteras, el cual pasó de llamarse “Autopistas de la Montaña” a denominarse “Autopistas de la Prosperidad”. Naturalmente no se ha movido un buldozer en ese lapso.

El Ministerio de Minas y Energia y sus dependencias han sido una pista de baile para los personajes más disímiles. Dicha cartera ha sido desempeñada por abogados, periodistas, ingenieros civiles, un poeta y una juez de Medellín. Todo esto explica el curso errático que han tenido las actividades inherentes al subsuelo, sujetas a las genialidades de toda una serie de ministros transitorios. El primer ministro de minas que acompañó al actual mandatario dedicó todo su empeño en ahuyentar la inversión en minería y su sucesor creó un absoluto caos en los trámites para la actividad petrolera, paralizando durante meses la exploración de hidrocarburos. Las entidades adscritas al mencionado ministerio, no han tenido mejor suerte. En la presidencia de Ecopetrol han desfilado toda una serie de personajes cuya principal característica en común, con escasas excepciones, es el desconocimiento, del tema petrolero. Esa nutrida galería de directivos ha incluido abogados, químicos, ingenieros civiles, economistas, ganaderos, etc. La Agencia Nacional de Hidrocarburos, heredó esos atavismos burocráticos, por lo cual sus directores actúan más por instinto que por conocimiento. Se creó el Servicio Geológico Nacional y lo dirige un administrador de empresas.

En la cartera de relaciones exteriores la situación ha sido bastante similar a la de otros ministerios. Ha tenido una amplia variedad de ministros, en alguna ocasión ese cargo lo desempeñó un teniente coronel retirado. Actualmente el cargo de canciller lo desempeña una señora cuyo principal galardón académico lo constituye el estudio del idioma Francés en Paris. Su gestión ha sido tan poco coherente, que da la impresión que sus contactos y conversaciones con los países vecinos los ha llevado a cabo en Patois. Por tanto el único país vecino con el cual no hay malentendidos es Haití.

El inventario del absurdo burocrático en Colombia es inmenso, un ministro de hacienda cuya profesión es administrador de empresas casi acaba con la industria de Colombia. Una ministra del medio ambiente, de profesión geóloga propuso la deportación de todos los habitantes que se hallaran en áreas situadas por encima de 2900 metros de altura sobre el nivel del mar, con el fin de erradicar la minería y los cultivos de papa y cebolla. Esto basado en el concepto sofístico que sostiene que en los páramos se encuentra la reserva hídrica de Colombia.

Al analizar el cuadro de la administración pública, cabe recordar una magnífica película de Federico Fellini titulada “Ensayo de Orquesta”.

En conclusión, cabe hacer un paralelo entre Venezuela y Colombia, el primero de estos países se dedicó a desarrollar un proyecto de gobierno denominado “El Socialismo del Siglo XXI”, Colombia se ha encaminado a desarrollar otro esquema político que puede denominarse “El Anarquismo del Siglo XXI”, no es difícil augurar que los resultados van a ser los mismos.


Por Jaime Galvis Vergara, Geólogo.