Monday, December 15, 2014

Proceso de Paz

Hay desastres periódicos que producen destrucción y dolor en los países, en Norteamérica son los tornados, en Japón y Chile los terremotos, en la India los monzones, en Africa tropical las epidemias, en Colombia son las conversaciones de paz. Cada vez que el mandatario de turno decide embarcarse en un proceso de paz, la administración pública se anarquiza, la inversión extranjera se espanta, la extorsión y otras actividades delictivas se multiplican, el Estado entra en un proceso de desconcierto y parálisis  inverosímiles, debido a los posibles cambios y traumatismos que va a traer la paz. La experiencia ha demostrado que esos procesos terminan en debacles tales como el episodio del Palacio de Justicia o la culminación del sainete del Caguan. El actual proceso de paz ha avanzado más que los anteriores, por lo tanto no solamente se ha presentado el caos y desgobierno internos, también se han afectado las relaciones exteriores, para satisfacer a la insurgencia, Colombia cambió sus alianzas, se alejó de Estados Unidos a pesar que este país le ayudó a recuperarse del anterior proceso de paz. Se estableció una alianza con Venezuela y demás países de Unasur. Esto ha llevado a que en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia se hayan convertido en mandaderos del gobierno de Venezuela. Además es una alianza en la cual los señores de Unasur apoyan abiertamente a Nicaragua en su pleito territorial contra Colombia. Son unos aliados tan desdeñosos que no asistieron a la posesión del actual mandatario, ni han invitado a Colombia a ser miembro del Alba.
Ante estos traumatismos periódicos que son los procesos de paz, cabe pensar en la posibilidad que el Estado Colombiano maneje el proceso de paz como una política de Estado y no como eventos periódicos manejados según la voluntad y vanidad del mandatario de turno. La solución sería crear una comisión de muy alto nivel que maneje el tema por encima de los intereses políticos y del orgullo personal de los mandatarios. Solamente así se emprendería un proceso serio y definido, con derroteros claros. Esto reemplazaría las caóticas conversaciones en las cuales cada presidente improvisa políticas y procedimientos. Nunca debe olvidarse que la subversión ha manejado el mismo discurso así sea errado y anacrónico, durante más de 50 años, mientras los mandatarios cambian continuamente de ideas y planteamientos.    
Hay un ejemplo muy interesante respecto al manejo de un tema fundamental por encima de los periódicos cambios de gobierno; Es el caso de la cancillería de Brasil, a lo largo del Siglo XIX y parte del Siglo XX, dicho superministerio actuó por encima de los gobernantes de turno con unos derroteros y políticas muy definidas. Su eficacia fue tan grande que Brasil conquistó la mitad del territorio de Suramérica sin disparar un tiro. Gran diferencia con gobiernos como los de Bolivia donde los caudillos bárbaros regalaban a pedazos el territorio nacional.
Solamente el manejo de altura, por encima de gobernantes e intereses políticos pueden tener algún resultado favorable, estos procesos episódicos solamente han llevado a montar comedias grotescas y a que los gobernantes se pongan en ridículo.

Jaime Galvis V.