Friday, May 18, 2012

Rodolfo Llinás está a punto de remediar el alzhéimer


Rodolfo Llinás
Rodolfo Llinás (derecha) en entrevista con Darío Restrepo, en Maloka.

La solución será farmacológica. También habla del párkinson, de su niñez, de Dios y del amor.
Contar o no contar, he ahí la cuestión para el científico colombiano Rodolfo Llinás, ante los avances de sus estudios que señalan una solución al terrible mal del alzhéimer.
-¿Es bueno contar esto?
-Sí y no. No, porque pueden despertarse expectativas exageradas y la medicación podría demorarse. Sí, porque puede ser una esperanza para las familias de los pacientes.
El caso es que Llinás confesó que ya tiene 'pillado' al alzhéimer, que ya lo entendió, que es optimista y que la solución está en camino.
Es más, haciendo gala de buen humor -él, que aparenta ser huraño y neura-, dijo que en el momento en que el mundo científico le dé el visto bueno, será el primero en tomarse las pastillas.
El bogotano Rodolfo Llinás (1934), Ph. D., neurocientífico, es director del Departamento de Fisiología y Neurociencias de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York.

Su reconocimiento es mundial porque relaciona sus estudios sobre el cerebro con filosofía, fisiología, sicología, siquiatría, informática, biología evolutiva, zoología, antropología y geometría.
Periódicamente, viene a Bogotá a regocijarse con las tareas que desarrolla el centro interactivo de ciencia y tecnología Maloka. Ahora mismo le han dado en la vena con la sala 'Movimiento, la energía del pensamiento', que no es otra cosa que un paseo fascinante por la evolución del cerebro.
En la entrevista que transmite hoy domingo el canal de televisión Citytv, a las 9 p.m., Llinás explica también las experiencias clínicas para controlar el párkinson. Es categórico en su respuesta: "La solución del párkinson y al alzhéimer están cerca".
Y en el caso de este último, la charla con Citytv fue un tire y afloje en el que, con cuentagotas, soltó las claves del problema y su solución.
"El alzhéimer es una degeneración sumamente grave. Las células no se mueren; son las conexiones las que se retraen", afirma el científico.
¿Qué quiere decir?
Imagínese que pone una semilla en la tierra y empieza a crecer el arbolito; después, comienza a marchitarse y se vuelve chiquito, pero no se muere; hay que echarle agua.
¿Lo mismo les pasa a las conexiones?
Exacto. Se desconectan momentáneamente, pero las células que hacen las conexiones están vivas.
Pero, ¿el alzhéimer es irreversible?
No.
¿No es irreversible?
(Risas)
O sea, ¿usted lo tiene 'pillado'?
Sí, pero no lo digo en público.
¿Por qué?
Porque todavía hay que mirar los estudios clínicos.
Pero lo veo optimista.
(Risas) ¿Usted entiende lo que podría ser eso?
Entiendo que tiene en la garganta la solución y no me la quiere decir, o no la puede decir.
No debo decirla.
¿Y en cuánto tiempo vamos a tener la solución?
Hay un estudio clínico que se va a abrir en unos meses.
O sea, estamos en vísperas.
El problema es si se permite utilizar inmediatamente. Eso recae en políticas médicas. Es más, apenas se pueda, yo empiezo a tomarme las pastillas... (Risas) Aunque no tengo historia de alzhéimer... es para que no me dé ni de vainas. Es un tema sumamente importante. De pronto, las cosas no salen. La verdadera situación es que empezamos a entender qué es lo que pasa con el alzhéimer.
Esa es la gran noticia. ¿Ya usted lo entendió? ¿El mundo científico lo entendió?
Yo lo entendí.
Usted ya sabe qué pasa con el alzhéimer y está seguro de una solución.
Exacto.
Y que puede ser relativamente pronto. Y que no me va a decir de qué se trata.
(Risas) No es eso. Imagínese que una persona vea este programa y que tenga un familiar con alzhéimer.
Queda a la expectativa.
Y decir en último momento que no sirvió... Ahora, si tengo una mamá que está empezando a tener alzhéimer y oigo que las cosas hasta ahora no han funcionado, pero que hay posibilidades que parecen afortunadas, entonces la cuido más y miro qué pasa.
Lo que estamos diciendo en esta entrevista es que es muy positivo, pero no podemos contar la solución porque se vuelve negativo.
Claro, porque son posibilidades de soluciones.
¿Y la solución será farmacológica?
Sí. Farmacológica.
Una cosa es Dios y otra, Jesús
Llinás es un crítico feroz de la educación en Colombia, y no oculta su indignación por el estado de la población infantil.
"¡Cómo no vamos a ser violentos!, los sitios donde se vive, la pobreza, la religión, todas esas vainas son gravísimas".
Quizás estas realidades son las que alimentan en parte su ateísmo. "Tengo un problema con Dios: se parece tanto a los hombres, que yo casi creo que es inventado por los hombres". Pero respeta a los creyentes. "Las personas que más he adorado son religiosas, pero yo nací sin fe. ¿Y la culpa es de quién? Pues de Dios, que no me dio fe. Y así me defendí desde chiquito".
A su juicio, "se requiere que haya todo tipo de creencias, y si la gente se siente feliz me parece fantástico, y si la gente no se echa bala, mejor". Pero, eso sí, Llinás valora las enseñanzas de Jesús, a quien considera "el gran filósofo".
Cuando tenía cuatro años vivió un año con su abuelo, Pablo Antonio Llinás, médico y siquiatra. Y esto le marcó el camino. El abuelo le ponía objetos raros en los vericuetos de la casona para estimularle la imaginación y la curiosidad.
Es feliz. Tremendamente feliz. Y se adora con su esposa australiana, Gillian Kimber.
"A tal punto que uno piensa: '¡Ala, ¿por qué no nos divorciamos?!'. Y llego a una conclusión: que si a uno lo quieren a ese nivel y si uno quiere a ese nivel, es como matarse a sí mismo".
Entonces, le dice: 'Gillian, ¿no se nos va a acabar esto? Porque debe tener un final, ¿no?'.

DARÍO RESTREPO VÉLEZ
EDITOR MULTIMEDIA
EL TIEMPO

Sunday, May 13, 2012

“Ecofascismo” de Jorge Orduna: una mirada sobre el discurso ecologista en los medios. (PARTE I)

Tomado de FUNDAMIN


Jorge Orduna, periodista y ensayista argentino, escribió un libro denominado “Ecofascismo. Las internacionales ecologistas y las soberanías nacionales”, que lejos de pasar desapercibido fue casi silenciado en las discusiones mediáticas. Es decir, siempre es mejor la queja estruendosa que la explicación sesuda, profunda y argumentativa. Algo de esto es lo que reseñaremos de este libro en la primera parte de la entrega.
Fueron los últimos y violentos sucesos de Andalgalá los que hicieron que el tema vuelva a ser de una preocupación cardinal. El ecologismo –aún cuando sus orígenes tienen al fascismo como encuadramiento y sustento- es un movimiento que merece ser respetado como cualquier otro, pero la cuestión se complejiza cuando la violencia es mas fuerte que las ideas, y por tanto las dominan en la práctica. Mas abajo observaremos un apartado del libro de Orduna con el objetivo de observar cómo los medios cubren la cuestión ecológica.
Los fines de los medios: cómo los fines justifican a los medios.
Uno de los apartados mas interesantes para abordar el libro de una manera no lineal –este libro es permeable para ser leído por áreas de interés, no solamente por el orden lógico de sus páginas- es el denominado “Ecología y medios”. En el mismo se halla un análisis original, puntilloso y audaz. Lejos de la mirada pasiva, Orduna se anima a decir algo más sobre esta relación.
Los medios tienen una lógica –una matriz- publicitaria, es decir todo debe circunscribirse a la velocidad de un slogan. La economía de las palabras y del saber mandan. Con mensajes cortos, superficiales, pero bien efectivos los medios lograr ser eficaces para los ecologistas. Es decir, como dice Orduna, hay un triunfo del simplismo publicitario frente al saber científico y profundo.
Veamos esto en detalle y según la lógica analista del autor. Según él, a la hora de tratar un tema ecológico, los medio eligen mal: “lo mas importante es el hecho de que con frecuencia el periodismo consulta al periodismo equivocado” Pero esta elección no es algo casual.
La simplificación y el empobrecimiento de la complejidad del tema a tratar es la primera operación. “Los productores, los periodistas consultan directamente a un científico y dan por sentado haber dado con la última ratio respecto del tema” (las cursivas pertenecen al original) sintetiza meridianamente Orduna. Y está claro que los ecologistas encontraron en esta lógica un lugar ideal a explotar.
Es decir, en lugar de hablar con diferentes especialistas con diversas miradas para que la audiencia enriquezca su mirada, sólo toman la visión del ecologismo publicitario, en tanto son rápidos y petardistas. Esto, para los medios, es preferible que escuchar a un científico que hable con precisión y lenguaje técnico. Esta forma de presentar y explicar el tema es la preferida de los medios y les permite a las organizaciones ecológicas derramar su discurso apocalíptico.
Con frases pegadizas, resonantes, que favorezcan la repetición y la redundancia a los fines de la recordación, los medios se erigen como el espacio ideal para vulgarizar la relación entre el hombre y la naturaleza.
En consonancia con lo anterior, vale pasar a la otra operación retórica es la explotación romántica de la cuestión humana. Explica Orduna: “Explotando el sentimentalismo, se fomenta la proyección de valores, cualidades y concepciones humanas sobre los seres del mundo natural, se induce una visión acientífica de la realidad y se manipulan multitudes en función de una estética que no surge de la objetividad, sino de intereses de mercado. Sin embargo, esa del mundo se instala masivamente generando actitudes que no provienen de una información veraz, completa y oportuna.
El predominio del esquematismo, la simplificación hacen de la información una excelente mercancía. Orduna trae una frase clave “No a la minería”. Y luego sutilmente esclarece: “¿Qué pensaríamos de un maestro de primaria que dejara caer la frase: <>, sin explicitar cómo y en qué y sin impedir, aclarando el contexto, las previsibles y probables interpretaciones?”. El debate, el saber científico se expulsa para dejar la puerta abierta simplemente al slogan.
Porque para los medios es mas fácil dice “No a la minería” que debatir el futuro productivo del país, porque en última instancia algo de eso implica la frase. ¿Se puede estar en contra de una industria, de una marca? No es mejor explicar y debatir por qué es preferible inclinarse por una que por otra, a través de los beneficios, la potencialidad que posee, etc.
La ciencia se opaca al lado del vértigo publicitario. “La ciencia exige precisión en el lenguaje. Y esta precisión es con frecuencia un estorbo para la publicidad, que necesita moverse con asociación de ideas, imágenes y un mundo sencillo y extremo, en blanco y negro. Pero claro nadie debería vender ecología con los mismo métodos con que se vende un jabón” apunta de manera inteligente Orduna.
La publicidad posee un orden que le es propio pero que es refractario a la ciencia con su lentitud y profundidad. Lo malo no es la publicidad sino que los medios sólo dan crédito a su lógica, y no es lo mismo un jabón que el futuro productivo de un país, ni un celular de última generación que la generación de puestos de trabajo. En todo caso, el celular, la cámara con la que los medios hacen programas suelen tener origen en una misma industria, que es la industria en cuestión.
Orduna señala que el gran logro de las organizaciones ecologistas “consiste en haberse ubicado como punto de referencia, información y consulta para el periodismo en todo lo concerniente a cuestiones ambientales”. Se han posicionado como “fuente de referencia objetiva, neutral, apolítica, incluso <>, y la carencia, en las instituciones científicas estatales y académicas, de una estructura dedicada a proponerse ante los medios como referentes prioritarios”.
El appeal publicitario, joven y ardoroso de las organizaciones ecologistas han generado transmitir desde los medios una imagen de un mundo a punto de estallar. Dueños de una verdad que no se discute, a la que parece no haber argumento que se pueda oponer.
Es importante el texto de Orduna en la medida en que aporta una mirada que el público común podría obtener para contrastar con el bombardeo diario.